sábado, 4 de mayo de 2013

Consultar el oráculo de Delfos

El oráculo de Delfos estaba dedicado a Apolo, era un recinto enorme con un templo, a este lugar acudían los griegos para preguntar a los dioses sobre cuestiones inquietantes, sobre que les iba a pasar en su futuro. El oráculo aparece en muchos mitos donde los héroes van a preguntarle a los dioses.

Pero para consultar el oráculo había que trasladarse hasta el recinto sagrado, ofrecer a Apolo una tarta hecha con miel y sacrificar una cabra, que se quemaba en una hoguera rociándola con agua. Si el cuerpo de la cabra temblaba durante la ofrenda, Apolo accedía a hablar. El oráculo corría a cargo de una anciana, la Pitia, y un hombre, el Profeta. Tras la pregunta del solicitante, la sacerdotisa, instalada en la cripta del templo e inclinada sobra su trípode, entraba en comunicación con el dios. Masticaba hojas de laurel, espolvoreaba harina y bebía largos tragos de la fuente sagrada. Si sus palabras, como sucedía a menudo, resultaba absurdas o ininteligibles, el Profeta ayudaba a interpretarlas.


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