viernes, 18 de marzo de 2011

Hablar una lengua es comprometerse a seguir ciertas reglas

Si tu dices: ''El control de matemáticas me ha salido muy bien'', eso puede ser verdadero o falso. Pero cuando dices ''gracias'' y no lo dices con ironía, no puedes no agradecer. Tal vez no agradezcas de corazón, pero estás agradeciendo. Cuando dices ''¡buenos dias!''. estás saludando, no importa si llueva y hace frío. no estás diciendo como se presenta el día. Si dices: ''prometo que cuando acaben los dibujos de la tele, haré los deberes'', has hecho una promesa, aunque no quieras cumplirla.
Pero eso no se puede generalizar. Si yo le digo a Guillem: ''Guillem, te prometo que te cojeré una estrella del cielo y te la daré'', yo creo que no he hecho ninguna promesa, en cierta forma he mentido, porque estoy diciendo que haré una cosa que es imposible, estoy diciendo algo falso.
Siempre que decimos prometo estamos prometiendo, eso si es verdad. si yo te digo: '' si no te acabas la merienda, te prometo que no irás al parque'', no estoy haciéndote una promesa, te estoy amenazando. Por otra parte, para prometer, no siempre usamos la fórmula prometo. Si después de que tú estés pidiéndome desde hace tiempo que te compre, no sé, cualquier cosa, yo te digo: ''mañana sin falta te la compraré'', estoy haciendo una promesa. Si tú entras en mi estudio y yo te digo: ''Marta, te has dejado la puerta abierta'', ¿tú qué entiendes? ¿Que estoy constatando el hecho de que te has dejado la puerta abierta o que estoy pidiéndote que la cierres?
-Y si yo te digo ahora ''¡buenas noches!'', ¿tú qué entiendes? ¿Que estoy saludándote o que te estoy informando de que me voy a dormir?
¡Ah!, por cierto, mañana necesitaré 65 euros para un vestido.

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